domingo, 25 de abril de 2010

Kangaroo vs dingo - BBC wildlife

Friendly Wallaby

Rare White Baby Wallaby

Australia - Koala Park Cangaroo jumping

¿Compartimos genes con los canguros?

Los canguros de Australia son genéticamente parecidos a los humanos, según afirman científicos de aquel país.

Los canguros pueden dar una información inmensa sobre cómo éramos hace 150 millones de años

Los investigadores han descifrado por primera vez el código genético de los de los marsupiales australianos y han encontrado muchas similitudes con el genoma humano.

Los investigadores han descubierto que humanos y canguros comparten un ancestro común que estaría datado hace 150 millones de años. Por ello los científicos están seguros que "los canguros pueden dar una información inmensa sobre cómo éramos hace 150 millones de años".

Los canguros evolucionaron primero en China, de donde vienen, pero más tarde migraron, a través del continente Americano a Australia.



la gran masacre del canguro australiano



Han estado llegando a Europa informes terroríficos sobre la forma inhumana en que los cazadores ilegales (conocidos como 'asesinos de linterna') están matando a los canguros en Australia. Hasta veinte mil son cazados cada noche, incluyendo las crías que son arrancadas de las bolsas de sus madres muertas o moribundas y cuyas diminutas cabezas son aplastadas por las botas de los asesinos.

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Los australianos no son aficionados a la carne de canguro - descrita por el Dr. Paul Hopwood de la Universidad de Sídney como 'nidos de gusanos' de modo que la mafia internacional de la carne está intentando introducir el producto en Europa. Al mismo tiempo, la Comunidad Europea está sentada sobre una montaña de carne invendible de 700,000 toneladas debido al temor por la BSE ("vacas locas"). Cuando los costes de almacenamiento superen el valor real de la carne, tendrá que ser destruida. Y los traficantes de carne de canguro chocarán con el mismo problema tan pronto como el público se entere de que su malsano producto puede también acarrear toxoplasma, enfermedades víricas, salmonelosis y gangrena, y que nunca hay ninguna inspección post mortem de los cadáveres por parte de un higienista de carnes. Una epidemia viral podría ser de hecho la causa de la ceguera coroidea que se ha observado entre los animales de Nueva Gales del Sur, y nadie sabe cómo afectaría a los consumidores humanos. Servir la carne 'bien hecha' podría reducir el riesgo, pero convierte la carne en algo prácticamente incomible. Por todo ello, para todo aquel que esté en su sano juicio, tan sólo existe una opción: mantente alejado de ella y ni se te ocurra dársela a tu perro o gato.

Los humanos eliminaron canguros prehistóricos


Los primeros cazadores humanos extinguieron la megafauna del Pleistoceno. Varios estudios correlacionan la llegada del hombre con la desaparición de los grandes canguros de Tasmania o los perezosos gigantes de América

Los paleontólogos, llevan tiempo buscando el motivo que provocó la extinción de la gran fauna del Pleistoceno, los gigantescos mamíferos que poblaron los continentes durante los últimos millones de años y que desaparecieron en un lapso de tiempo comparativamente rápido que terminó al final de la última glaciación, hace unos 14.000 años.

La crisis de aquella megafauna, compuesta entre otros por perezosos de cuatro metros, camellos del tamaño de elefantes, canguros como caballos y los conocidos mamuts, coincidió con la dispersión por el planeta de un nuevo protagonista, el Homo sapiens. No es sorprendente que muchos autores culpen a aquellos hábiles cazadores, dotados de inteligencia y capacidad social, de ser los responsables del delito. Pero faltaban pruebas y siempre se esgrimían otras teorías, como cambios en el clima y la vegetación que hubieran podido diezmar la fauna.

Ahora, por fin, los investigadores están empezando a encontrar la pistola humeante. Y, como era de temer, estaba en manos del ser humano.

El pasado agosto, varias revistas científicas han publicado estudios sobre el Pleistoceno que señalan al Homo sapiens como responsable de las extinciones.

La mejora de los métodos de datación de restos fósiles está sirviendo para ajustar las fechas y completar el puzzle de nuestra primera historia.

Eso es lo que ha ocurrido con la investigación que más ha dado que hablar en los medios especializados este verano y que ha permitido probar que parientes gigantes del canguro, extintos en Australia, sobrevivieron en la vecina isla de Tasmania unos miles de años más hasta que llegaron los primeros humanos.

El estudio refuta precisamente una de las coartadas de quienes defendían al hombre de la acusación.

Se sabía que Australia estuvo poblada hasta hace más o menos 46.000 años por grandes marsupiales, pero la imprecisión de los datos impedía saber si se extinguieron antes o después de la llegada de los primeros aborígenes. Un cambio ambiental pudo acabar con aquella megafauna australiana, se argumentaba.

Los científicos, de universidades británicas y australianas, han fechado con precisión los restos de los primeros asentamientos humanos y los de la gran fauna extinta de Tasmania y, además, los han cruzado con el estudio de sedimentos lacustres que permiten estudiar los cambios climáticos en la zona. Las conclusiones son rotundas.

El clima de Tasmania cambió hace 127.000 años y lo hizo de nuevo hace 15.000, pero en el periodo intermedio se mantuvo estable y con el mismo tipo de flora.

Esto permitió la supervivencia de varias especies de grandes mamíferos, entre ellos dos tipos de canguro de unos 500 kilos con hábitos similares a los del rinoceronte y el perezoso; otros tres marsupiales herbívoros de unos 150 kilos; un carnívoro marsupial y, además, una especie de ornitorrinco gigante.

Entonces, hace 43.000 años, un descenso en el nivel de los océanos conectó Tasmania con Australia, situada apenas a 240 kilómetros, lo que permitió la llegada a pie de los primeros pobladores. Acto seguido, según el estudio, sin que ocurriera ninguna alteración en la vegetación indicativa de un cambio climático, la gran fauna desapareció. Los investigadores han probado fehacientemente que uno de esos canguros de media tonelada (Protendonom anak) convivió con el hombre unos 2.000 años antes de desaparecer.

Por que los canguros también fuman opio...

Las autoridades de la isla de Tasmania, en el sur de Australia, están preocupadas por los canguros wallaby que viven cerca de las plantaciones legales de opio, donde saltan de alegría tras consumir la planta y destruyen los cultivos.

“Esta costumbre de los mamíferos está provocando
grandes pérdidas a los dueños de los campos”, informó el diario australiano "The Mercury".

"Tenemos un problema con esto", declaró al periódico una funcionaria del gobierno de Tasmania, el primer productor mundial de opio legal para el mercado farmacéutico.

Las dos empresas que disponen de licencia para cultivar la planta se quejan de que los wallabies y otros animales como ciervos y ovejas a veces se comen la adormidera y caen presos de los efectos de la droga que contiene.

Tasmania produce cerca del 50 por ciento del opio legal del planeta, el componente activo de la morfina y otros medicamentos de las compañías farmacéuticas.

"Tenemos un problema con los canguros que entran en los campos de amapola, cogen un “subidón” importante y corren en círculos", explicó el jueves la principal legisladora del estado, Lara Giddings.

"Después se quedan dormidos. En la industria de la amapola, vemos círculos en las cosechas de canguros colocados", añadió.

Mucha gente cree que los círculos que aparecen misteriosamente en cosechas de diferentes partes del mundo están creados por alienígenas.

La productora de amapola Tasmanian Alkaloids señaló que se sabe que los animales que comen amapolas, como ciervos y ovejas de las tierras altas de la isla, "actúan raro".

La toxoplasmosis y los wallabies

En teoría, el Toxoplasma gondii debería ser el parásito más famoso del mundo. Este patógeno unicelular infecta a más de la mitad de la población terrestre. Cada una de las víctimas del Toxoplasma porta miles de los parásitos, muchos de ellos localizados en el cerebro. Como si no fuera proeza suficiente, el Toxoplasma es igualmente experto a la hora de infectar a todos los otros animales de sangre caliente, de especies tan diferentes como los pollos y los canguros.

Los científicos están en proceso de descubrir algunos de los secretos del éxito del Toxoplasma. Los investigadores en Suecia reportan que el parásito se propaga por todo el cuerpo al manipular células móviles que forman parte del sistema inmunológico. El Toxoplasma secuestra estas llamadas células dendríticas y las obliga a desplazarse muy rápidamente por todo el cuerpo e ignorar las órdenes de cometer suicidio procedentes de otras células inmunológicas. De forma muy parecida a un caballo de Troya, las células dendríticas introducen sigilosamente los parásitos al cerebro y a otros órganos.

Para la inmensa mayoría de los humanos, el Toxoplasma no produce ningún efecto serio.

Logra esta proeza al secuestrar nuestras células y nuestro sistema inmunológico, establecer una cuidadosa armonía entre parásito y huésped.

Sin embargo, el parásito puede provocar graves daños cerebrales en las personas con un sistema inmunológico frágil, como los fetos y los adultos enfermos de sida.

Los gatos desempeñan un rol importante en el éxito del parásito. Pueden portarlo en su intestino, donde produce quistes en forma de huevos llamados ooquistes. Un solo gato infectado puede desechar 100 millones de ooquistes en su excremento. Dichos ooquistes pueden sobrevivir más de un año en el suelo y contaminar el agua potable. Los ooquistes pueden infectar a los humanos, así como otros mamíferos y aves.

El cerdo, pollo y otras carnes mal cocidas también permiten que el Toxoplasma penetre en el organismo humano, donde se propaga rápidamente. En pocas horas, su presencia puede ser detectada en el corazón y otros órganos.

Antonio Barragán y sus colegas del Instituto Karolinska de Estocolmo estaban inicialmente desconcertados por la forma en que el parásito lograba esta velocidad de invasión.

“Cuando buscamos parásitos en la sangre, encontramos muy pocos que nadaban por ahí”, dijo Barragán, profesor asociado. Sin embargo, los científicos hallaron a muchos de los parásitos dentro de células inmunológicas conocidas como células dendríticas.

“Eso nos llevó a pensar: ¿Y si este parásito ordena que estas células se desplacen y se diseminen por el cuerpo?”, dijo Barragán. Sus colegas y él pusieron células dendríticas en un recipiente y les inyectaron el Toxoplasma.

Se percataron de que los parásitos provocaban un extraño cambio: las células dendríticas se volvieron hiperactivas y no dejaron de desplazarse durante un día entero.

Los científicos observaron cómo el Toxoplasma se propagaba en un animal vivo.

Agregaron un gen de luciérnaga a los parásitos para que brillaran. Al colocar ratones en una caja oscurecida, Barragán y sus colegas pudieron rastrear la diseminación de los parásitos.

La inyección de células dendríticas portadoras de Toxoplasma propagó los parásitos al cerebro y otros órganos mucho más rápido que una simple inyección de Toxoplasma. Los investigadores concluyeron que el Toxoplasma tomaba control de las células dendríticas y se desplazaba con ellas. Dieron a conocer sus resultados en la publicación Cellular Microbiology (Microbiología celular).

El parásito no tiene interés alguno en matar a su huésped: su propósito consiste en llegar a su huésped final, el gato y los canguros, únicas criaturas en la que el Toxoplasma puede reproducirse al generar ooquistes que son liberados en heces.

Señala que los ooquistes también pueden infectar la fauna silvestre. Incluso ha sido detectado en nutrias marinas, lo que sugiere que puede llegar a
l océano.

Carne de wallaby

La comunidad del alimento consta de unas 80 personas: los criadores de wallaby que garantizan la calidad de la alimentación, carniceros, charcuteros y chefs que proponen este producto único en sus restaurantes.

La carne de wallaby es elaborada, recubierta de pimienta roja y asada como un bistec. La segunda producción es un salchichón tasmano, en cuya fabricación la carne es molida, especiada antes de ser embutida y, por último, ahumada.

El wallaby es parte integrante de la dieta de los indígenas, mientras que es poco consumido por el resto de la población australiana, a pesar de su gusto delicado y su escasez de grasa.

Existen pocos platos típicamente australianos, a no ser las diferentes formas de preparar los mariscos, el cordero y algunas carnes autóctonas como el canguro, el cocodrilo o el wallaby. La mayor parte de la gastronomía australiana procede de la colonización inglesa o de los inmigrantes que llegaron posteriormente.

Lo más «australiano» en cuestión de comidas es el T Bon, un enorme chuletón que los australianos asan en grandes barbacoas, igual que los filetes de carne de canguro, camello, cocodrilo, emú, búfalo y todo tipo de animales que a nosotros nos resultan al menos curiosos.

La «nueva cocina australiana» ha hecho un intento por dar un toque creativo a los ingredientes autóctonos, y así se pueden probar por ejemplo el paté de wallaby o filetes de cocodrilo.
Para acompañar, nada como el llamado bush-food (comida de plantas) que en ocasiones no tienen muy buen aspecto pero está buena. Lo más frecuente en el país es recurrir a las comidas ligeras tipo llevar a casa o comida rápida.

Y un dato importante, los marsupiales son multitud, ya que triplican la cantidad de habitantes de Australia. La nación de Australia goza con una enorme población de canguros, por lo que su caza ha sido permitida, ya que numerosos platos de la gastronomía local, se preparan con la carne de este animal. Además, con ello se logra mantener el equilibrio del ecosistema, evitando así poner en amenaza a otras especies vegetales, que les sirven de alimento a estos animales.

Los canguros han generado además un grave problema para los granjeros, quienes los consideran una plaga, pues destruyen los sembríos y les quitan el agua y los pastos destinados a alimentar a su ganado. Por ello es que en el año 2003, después de obtener un permiso oficial, el Ejército sacrificó a unos 15 mil especímenes.


La carne de canguro tiene unas cualidades nutritivas excelentes, contiene siempre muy baja cantidad de grasas, es rica en proteínas y tiene un alto contenido de hierro y zinc. La información nutricional de la carne de canguro por cada 200 gr es la siguiente. Energía: 820 Kj, Proteínas: 44 gr, Grasas: 2 gr, Carbohidratos: 2 gr, Azúcar: 2 gr, Colesterol:46 mg, Sodio: 80 mg, Potasio: 620 mg, Humedad(Agua): 150%. Para toda persona que tenga especial cuidado en la dieta, el canguro ofrece un importante recurso de carne de bajo contenido graso y muy elevado recurso de ácidos grasos poliinsaturados. Unos recientes estudios realizados con personas de origen Aborigen, Australiano y Europeo han demostrado que los que más consumieron carne de canguro (Aborígenes) tienen un menor riesgo de tener problemas cardiovasculares al mismo tiempo que pueden prevenir anormalidades propias del metabolismo como es la diabetes y el porcentaje de colesterol en la sangre es mucho menor. Investigaciones efectuadas por la profesora Kerin O'Dea y sus colaboradores, demuestran que el 40% de la grasa en la carne de canguro consiste en una larga cadena de moléculas de ácidos grasos poliinsaturados de los que se cree tienen una importante labor reduciendo los coágulos de sangre, mejoran el riesgo sanguíneo y en consecuencia reduce los temidos ataques al corazón y la trombosis. La carne de canguro tiene una fina textura y sus fibras musculares son blandas. La mejor forma de prepararla es roja o medio roja para preservar sus jugos durante y después de cocinarla. La carne de canguro, en lo que se refiere a su sabor es muy parecida a la de ternera sólo que algo más fuerte

Los canguros tienen un sistema digestivo diferente y no emiten ventosidades como los bovinos y los ovinos. Estas ventosidades se consideran uno de los factores principales del calentamiento global porque contienen gases contaminantes (sobre todo CO2 y metano), y, dado el gran número de rumiantes que necesitamos para nuestro uso ya constituyen una cuarta parte de las emisiones a nivel mundial.

Varias organizaciones medioambientales, como Greenpeace, están recomendando comer carne de canguro en vez de carne bovina para contrarrestar el calentamiento global.

A nivel local el canguro ofrece otras ventajas medioambientales. No erosiona el suelo por carecer de pezuñas. Necesita mucho menos pasto que las ganaderías tradicionales.

También desde el punto de vista ético nos ofrece mejores perspectivas. Los canguros no se crían en ganaderías. Son cazados en su ambiente natural bajo autorización y control del gobierno australiano y organismos medioambientales. Australia no permite la exportación de canguros vivos (a excepción de intercambios entre zoológicos).

La exportación de carne de canguro está muy controlada y supervisada por numerosos organismos, por lo que se han podido evitar los efectos negativos sobre la población de canguros.

En la Unión Europea se está popularizando el uso de este tipo de carne, en especial en centros especializados y restaurantes.

¿Qué es un wallaby?


Esta especie era muy común en Australia central y occidental, tan común que el wallaby Rufous de las liebres era una fuente del alimento para los aborígenes. Los wallabies de las liebres de Rufous se encuentran actualmente solamente en el salvaje en las islas de Dorre y Bernier, aquí es algunas poblaciones prisioneras pequeñas en el continente australiano. Los números bajos de la especie se pueden atribuir a la pérdida de hábitat, de depredadores, y de competición para el alimento.

Tasmania y las Islas Flinders se encuentran al sur del continente australiano. El wallaby es un animal nativo similar al canguro pero más pequeño, y su nombre deriva de la tribu aborigen Eora, que antaño habitaba el área de Sídney. El hábitat del wallaby son las tupidas florestas de arbustos, mientras que las grandes llanuras semiáridas son más aptas para los canguros. El relativo aislamiento y el ecosistema prácticamente intacto de las Islas Flinders y de Tasmania han permitido la conservación y el desarrollo de una gran biodiversidad vegetal y animal.

Es cercano al hombre, y mueve sus pequeñas orejas al mínimo sonido. Siempre va en grupo y su carrera es muy veloz. Estricto vegetariano, come sólo frutas y verduras. Se reproduce con gran rapidez y su gestación dura solo quince días.
La cría se mantiene en la bolsa de la madre (marsupio), durante seis meses y tres más en lactancia.

Su mayor depredador natural es el dingo, perro salvaje australiano, pero el peor enemigo que tiene en la actualidad es el coche, ya que junto con el canguro salta al paso de todo tipo de vehículos en carreteras y caminos encabezando las listas de causas de accidente de tráfico.

los canguros


El canguro es un marsupial que habita en toda Australia y Nueva Guinea, posee una fuerza inmensa en sus patas lo que le permiten a este saltar prácticamente dos metros. Son herbívoros, tienen la misma alimentación que una vaca, comen las hierbas que se encuentran a su alcance. Se lo considera plaga y se intenta mantenerlos alejados de las ciudades por los destrozos que un grupo de estos animales podría hacer. En algunas partes de Australia, se incluye en los menús de los restaurantes carne de canguro y los que la han probado, dicen que es muy similar a la carne vacuna. Es un icono de Australia ya que muchas compañías los incluyen en sus publicidades. Existen muchos tipos de canguros, pero el más extraño es el Wallaby que es un canguro pequeño posee casi las mismas características que el canguro pero adaptadas a su tamaño. El wallaby también es un símbolo australiano muy reconocido gracias a la selección australiana de rugby.

Hubo un tiempo en que los cazadores nativos se alimentaban de la carne de los canguros y su piel les servía para hacerse ropa, lo que causó bajas en las poblaciones de estos animales. Cuando los europeos se asentaron en el continente australiano, la caza, unida a la introducción de ganado que se alimentaba de los pastos, causó una reducción en la población de canguros. Actualmente hay especies amenazadas por la destrucción de sus hábitats y han disminuido las zonas en las que estas especies pueden sobrevivir. Los mamíferos depredadores que se introdujeron en Australia, como el zorro, el perro y el gato, se alimentaban de canguros pequeños. Además, otros mamíferos, especialmente los conejos y el ganado, compiten con los canguros en lo que se refiere a recursos alimenticios. Los rancheros cazan y envenenan a los canguros más grandes porque los consideran una amenaza al alimentarse de los pastos. Aproximadamente diez especies de las de mayor tamaño están en peligro, incluidas varias especies de ratas canguro, dos de wallabies liebre y dos de cola puntiaguda.